jueves, 17 de diciembre de 2009

Puedo hacerlo todo, pero...

Si pudieras verme ¿tendrías lastima de mi?

Ahora sé lo que es la verdadera angustia, esa, la que suelen sentir los enamorados...

La de no tenerte para abrazarte, la de no poder decirte lo mucho que te necesito, la de no poder ni siquiera verte, ni siquiera eso justo cuando me muero por tus dedos y tu aroma.

Soy libre de ti y mi alma reposa tranquilamente en este cuarto, no me falta nada, puedo hacerlo todo si me lo propongo, es solo que no lo quiero hacer sin ti, no quiero estar lejos de tu majestuoso ser, lo que quiero es que estés a mi lado.

Esa voz que escuché tan triste, tan distante de mi, ¿la he provocado yo? Ahora tengo miedo.

Me asaltan tantas ideas... y lo único cierto es que te quiero.

No es como lo pensaba, mi confianza se derrumbo con tu adiós, pero si es lo que tengo que hacer en la soledad de mi espíritu, aun si tengo que bajar al mismo infierno, encontraré la forma de traerte de vuelta a mi lado, que es el sitio donde perteneces.

Quiero bailar de nuevo esta ronda contigo, esta vez no te dejaré esperando...

Así como las flores anhelan la lluvia y la noche el amanecer, así es como yo te necesito. Te necesito cuando mi corazón tiembla, cuando la noche me espanta, cuando veo las nubes deslizándose a la nada... te necesito, porque si te vas, me arrancas la vida, que estoy seguro, nunca volverá.

Puedo hacerlo todo, pero no lo quiero hacer solo, no quiero terminar mis días sin esencia, quiero terminarlos a tu lado. Si te vas ahora, si no te alcanzo ni con el roce de mis dedos, entonces no tengo motivos para seguir en esta tierra... me niego a estar sin ti.

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