viernes, 4 de diciembre de 2009
Dice...
Dice que no tengo corazón, que en mi vano pecho hay sólo cenizas. Protesta sobre mi mirada indiferente, ante su desmesurado intento por conseguir mi atención. Anhela probar mis labios con su torpe boca. Ruega por encender mis sentidos al tocar mi fría piel. Y la verdad es, amor, que no puedo contribuir a la realización del tan afanado deseo, que atesora tras esa extraordinaria consideración hacia mi ser; pues mi mirada está perdida en la imagen de tu delicado rostro, mis labios siguen esperando ser bendecidos por el roce de los tuyos, mi piel sólo se aviva con las sutiles caricias de tus dedos, y mi corazón no esta deshecho, ni esta hecho cenizas: sigue ardiendo vehemente entre tus manos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario