Te divisé en un sueño,
abrías tu boca como lobo
esperando con inquietud tu alimento.
Entonces estabas lejos de mí,
en el lugar más alto del valle.
No sé si volé para estar a tu lado,
no sé si corrí, no sé si floté.
Desde ese momento de incertidumbre,
de zozobra, de asombro,
en ese diminuto instante
me sentí más tuyo que de nadie...
Y era verdad: cuando desperté,
vi que mi sueño
envuelto en sabanas, era verdad.
¿Te encontraré bajo la densa
niebla que me cubre?
Mi piel palpita por una
pequeña sonrisa tuya...
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