sábado, 1 de mayo de 2010

De la amorosa vida: prosperidad II

Salgo a las 4 de mis cuartos rentados,

con dos hijos, uno en camino,

y la ropa que cose mi esposa

de no sé qué señoras gordas.


Quería ser mecánico, pero los vicios

me ganaron, y el contacto con otro

cuerpo termino por vencer

mi terrible voluntad.


Vi morir a mi padre, vi morir

a mi madre y a mis hermanos,

solo uno me sobrevivió, y

quiero decir que esto no es vida.


No es vida lo que disfrazo de sonrisa,

ni cuando grito y hago el amor.

Pero no se de política, ni hablar bien,

ni tengo buenos zapatos ni ropa elegante.


La justicia es una fantasía que se aleja

cada noche. ¿Y después que soy?

un adicto a la nada, obrero torpe,

de clase baja: humano tal vez.

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