Con la moneda en la boca,
no con el pan porque no me alcanza,
ni con la tortilla o la sopa,
solo tengo 20 pesos en la bolsa.
Para llegar al pan tengo que pasar
por el mercado, donde vive la bola de
vagos, los de siempre, los groseros,
y esperar que no me hablen ni me hagan nada.
Tengo miedo, de esperar algo
que nunca llegará, de seguir aquí,
sin nada que perder, sin nada que ganar,
deseando todo, soñando todo.
Y es que quiero ir al parque
sin preocuparme por la comida,
por el pasaje, por un helado.
Quiero quitarme las preocupaciones.
Quiero andar desnuda y mojarme
la piel de gustos, de un hombre
que me quiera y que me diga al oído
palabras lindas de amor.
Pero tengo una madre enferma,
un perro , dos gatos, un empleo
donde vendo verduras y mi vida
está llegando a su fin.
Sin dinero, sin comida,
a veces sin Dios y con los puños
vacíos, si tan solo tuviera dinero….
un mejor trabajo, una mejor vida.
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