Con la ligereza de tu boca, es que me he construido un mundo fantástico, donde puedo vivir cómodamente sin pedir aire ni agua ni alimento, porque todo eso se olvida cuando me pierdo en la inmensidad de tus ojos.
Y he de decir, que tus bellos ojos, hacen que me quiera sumergir en ellos, como buzo en el mar, pero sin saber que me espera del otro lado: quizás tu corazón o nada, pero con la esperanza de nunca regresar al hecho de que tendré que separarme de ti al anochecer, como ha sido siempre.
No te puedo ofrecer una eternidad, porque no soy Dios y a mi los días del universo no me pertenecen, pero puedo ofrecerte mi vida, porque aunque solo es un susurro en la profundidad del tiempo, es la única eternidad que poseo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario