sábado, 15 de mayo de 2010

Palabras al viento

Tengo miles de palabras

que se han confundido en

suspiros traicioneros.


Que se han ido nadando entre

las gotas de lluvia de esos

días que pasé a tu lado.


Hoy es como entonces:

el cielo se desploma

en mi cabeza con forma de agua,


y las nubes que descienden

para confundirme, entran

por mi nariz, llenas de alucinación.


Porque llevo tu aroma en los labios.


Porque llevo tu amor en los huesos.


Te he buscado incansablemente,

me he asomado a los ojos de la gente,

he visto su vida y no apareces.


Y así, las ráfagas de cordura que

cruzan junto conmigo las calles,

me hacen parecer normal.


Tengo entre los dedos sonidos

extraños que no nos pertenecen,

y es el tiempo el culpable


de la distorsión de aquella canción

que te tragaste, con nuestro

beso de amor.


¿El hilo de tu alma lo has cortado ya?


¿Te has llevado el fantasma llamado soledad?


Me he tatuado la sal del mar

en esta piel, en estas uñas,

para no rasgar tu retrato,


para no marchitar tu ausencia,

para ver si consigo una sombra

con tu nombre y tu silueta.


Estos días son como aquellos:

sin poder llorar, sin poder reír,

con los brazos caídos, llenos de nada.


Cuando estabas dormida,

sobre mis piernas, que nunca

se cansaron de tu calor.


Millones de emociones

han cruzado a la razón,

y yo avanzo a la realidad


que me abraza como a un hijo,

que me castiga y me deja sin comer,

sin beber ni saciarme de tu vientre.


¿Te has desvanecido?


Porque tu nombre cepilló el mar.


Porque mi alivio reposa en tu mano distante.


Porque así son los días sin tu aroma.


Los días sin ti.

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