A veces platico
con tu recuerdo
en las noches frías.
Y es que tu ausencia
me llena de sentimientos
que a veces no comprendo.
Como si el imaginarte
a mi lado
llenara el vacío de tu silueta.
Y el hablar con mi sombra
digiriera la realidad
de no conocerte una vez más.
Como si las lágrimas
pidieran a gritos
una fantasía.
Y es que, la noche es larga…
Es larga y aburrida,
sin tocarte, sin oírte.
Y entonces hablo contigo,
sonrío contigo,
te oigo a ti y creo tus palabras.
Aunque no digas nada,
aunque me coquetees con la mirada,
aunque celes mi tiempo.
Y te canto una canción,
triste y encogida de hombros,
y al final, mi imaginación
termina floreciendo en la nada,
como si solo de eso se tratara,
como si en verdad no existieras.
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