sábado, 5 de septiembre de 2009

Una y otra y otra vez

Me es difícil aceptar la soledad en la que existo, mi mente, mi cuerpo, todo en sí, sin poder llegar al cielo, sin poder tocarlo a pesar que se ve tan cerca de los barrotes de mi celda, ¡quiero salir de aquí!

Quiero salir mas allá de la escuela o de la tienda, quiero salir y conocer mundos mas allá del que siempre veo, quiero dormir en el vació del bosque o en la profundidad de un pueblo junto a la carretera, quiero conocer mas allá de lo que dice mi libro o de lo que veo en Discovery, quiero sentirlo, quiero olerlo, todo ese mundo de allá afuera, quiero experimentarlo, aunque sea un poco, aunque solo sea el roce conmigo, solo un poco...

Que aburrido es esto, mas aburrido que lo habitual en mi vida, una y otra y otra vez, siempre mas aburrido cada vez, ya no hay nada aquí, el cerebro se consume de lo caliente que esta mi cabeza, sin consuelo, sin razón, sin nada que pueda ser bonito, que puedo ser amable, sin nada que sea razonable o lógico, me asqueo al paso del tiempo, ¿porque no salgo? ¿porque no puedo salir?

Tengo una cabeza que palpita, palpita como si fuera a explotar. Esto es todo, quiero cerrar los ojos, olvidarme de mi, ¡quiero olvidarme de mi!, quiero olvidarme de todos, de todos los que digo que amo, los que recuerdo, quiero borrar sus caras de mi mente, las quiero borrar, me hago mas estúpida cada vez que las recuerdo, cuando veo mis ojos ojerosos en el espejo del nuevo amanecer, cuando veo mi cara que dice: "¡ey!, si tu, mírame, mírame, soy infeliz, soy inmensamente infeliz..." o cosas como: "eres débil, ¿ya viste? ¡eres débil!, no pudiste defender, no defenderás nada, porque eres débil"

Ese espejo siempre me dice cosas que me hacen llorar, que me hieren, y me lastiman cada vez mas porque se que tienen razón: ¿cobardía?¿depresión? ¿como se le llama?

No hay nada mejor que no saber si este texto es bueno o malo, si es aceptable o no lo es, la duda es lo mejor que puede haber, me mantiene vivo, me mantiene despierto, aunque no pueda hacer nada que reprimir todo lo que tengo, todo este mar de sentimientos, apretarlos, apretarlos hasta que se ahoguen, hasta que dejen de respirar...

Hay que matar esos sueños con los que se vive, para vivir de fracasos, para vivir de frustraciones, hay que vivir de algo que no quiero conocer, de algo que me dirá mañana el espejo, detrás de esa sonrisa falsa, de ese semblante fingido, detrás de esa pulcredad con la que saldré de mi casa, mañana sabré que nueva arruga y frustración aparecieron en mi cara.

Una y otra y otra y otra vez, hasta que se acabe lo que tengo que decir, hasta que termine lo que comencé, hasta que sea libre de la cadena de mi cuello y de mis esposas y de mi mismo.

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