jueves, 24 de septiembre de 2009

Un lugar donde el tiempo transcurre lento

Él la vio pasar como todas las mañanas, pero pensó que era extraño que cruzara el parque, la vio y miro las nubes: caminaban sobre una gran alfombra azul y verde.

No era una mañana feliz, llovería y no podría salir de su casa, los programas matutinos y la desesperación que le causaba ver el modulo de policía eran lo que remataba su ansiedad.

Eran las 11:40, tomo café y se fue a sentar la parque, tenia frio, pero ¿eso que importaba? no había nada mas, no tenia a nadie mas y tampoco lugar a donde ir, se tiro en el pasto y se quedo dormido.

Soñó que huía: en una calle solo y de noche, huía de alguien que no alcanzaba a conocer y corría, corría desesperado hasta que diviso una casa grande, la observaba como si fuera a encontrar la respuesta de algo, se quedo quieto. ¿Que era eso? no lo sabia ni quería saber..., se despertó sobresaltado y asusto a la chica que vio por la mañana. Eran las 4:15.

Soledad se levanto tarde, se baño y salió de su casa con prisa, tendría que atravesar el parque que tanto odiaba por las mañanas y que disfrutaba por las tardes, si no cruzaba el parque no llegaría a tiempo a clase de química orgánica.

Llego 12 minutos tarde, después de todo, su prisa no le sirvió de mucho, se quedo fuera del salón platicando con amigos de otros semestres y entro a su siguiente clase, de la cual, por ser calculo, no entendió casi nada. Esa mañana se sentía vacía y floja, tenia sueño y estaba mareada porque no desayunó...

De regreso a su casa, paso como de costumbre por el parque, vio a un hombre tendido en el pasto que de pronto salto, ella se quedo paralizada, sin querer su mirada se clavo en los ojos de ese hombre. Le gustaron sus ojos. Eran las 4:15

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