Que locura la de
tu nombre en mi
vieja almohada.
Mas aún, la locura
de tus besos en
mi ojos llorosos.
Sí no me ibas a querer,
sí tu vida era de otro,
sí tu piel no era mi tacto.
He pensado tantas veces
en tirar nuestros
recuerdos a la basura,
sin embargo, no encuentro
un bote que sea bastante
grande para contener:
1: mi cariño,
2: tu persona,
3: las botellas de tequila
que me he bebido en tu nombre.
Y es que tu nombre...
tan bello y tan pesado,
me anula la mente al oírlo
y quema los labios al pronunciarlo.
Que locura fué dejarme
tocarte, vivirte,
amarte sin ponerme fin.
La locura de mirar a las
estrellas y pedir tu silueta,
pedir tu beso cálido en mi mejilla.
Entre la lluvia y mis huesos...
no hay nada que te saque
de mi pecho. Eres mi angustia.
Si no me ibas a amar,
debiste dejarme desmoronado
en mi vieja almohada.
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