quiero ser tu muerte anticipada.
Un prisma como símbolo
de mi cuerpo en tus caderas.
Quiero ser tu épica historia
de triunfo. Jurame lealtad.
Aún sabiendo que la noche,
eterna y sanguinolenta,
llegará por nosotros y nos
comerá, como huérfano
mal nutrido de años.
Vierte tu veneno en la piel
que ahora te reclama, aunque
no sea la mía, la que en verdad amas.
¿Que mas da? Si hemos de ser
enemigos; si fuimos
amantes; las cosas no
cambiaran con la facilidad de
buenos deseos y de un buen
dios que te acompaña.
¿Cambiaran si me das un beso de
buenas noches? Me elevo en mi orgullo
que se tiñe de colores en los momentos
absurdos: cuando no estás y cuando
toco tu lengua con mis dedos:
cuando el roce de tu sexo y tu gemir
tan despiadado derivan mis impulsos.
Derramame cuando en el éxtasis
de tu silueta, todas las estrellas
se hinquen ante la hermosura de
tus piernas, cuando los astros que
orbitan por encima de nosotros
deseen penetrarnos y darnos las
gracias por tan glorioso
sentimiento que concebimos.
No es tan malo el odio que sentimos:
cuando me muerdes y te asfixio.
Cuando esas miradas que matan,
que hieren, que queman mi alma
dicen que la soledad es
el único camino hacia ti.
Cuando mi mirada sonámbula dice
que no pretendo acercarme
por el piso, no pretendo ir a gatas.
Amalo a él, sé su amante y dile
palabras de amor ardiente y
apasionado como el que nos perteneció.
Después de eso me veras irascible, eufórico
a la vez, con mil mujeres tendiéndome
placer a cualquier punto de mi cuerpo.
Me veras delirando de un dolor
hipócrita, que te gritara en la cara
que la vida que te queda, será
por el placer de tu tortura por mi.
Ese ardor sordo que ahogamos esta noche,
este palpitar mudo, esta insensible soledad
tan aplastante...
Disfruta tus noches en 5 minutos, y
la flacidez del espíritu que lo acompañe.
Hagamos nuestra agonía nuestro
común acuerdo para descansar:
tu en sus brazos fríos,
yo en tu recuerdo húmedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario