domingo, 13 de junio de 2010

Juguemos como niños

Juguemos como niños bajo la lluvia.


Prueba de la existencia de la vida,

y mejor aún,

prueba de que somos frágiles.


Como para pescar un resfriado

por los cambios de clima tan extravagantes…

y es que al mundo le gusta todo lo raro,

por eso es que tú y yo somos sus hijos amados.


Tu dime qué prefieres:

bailar bajo el agua,

golpearnos amablemente bajo el agua,

contemplarnos bajo el agua.


Yo te invito a correr entre los árboles,

a dejar marcada la tierra,

a ser fugaces e instantáneos para el deseo.


Y es que quiero tomar tu mano

y penetrar en tus ojos,

mientras la sensualidad

sea el pajarillo que cante para nosotros…

y recordarte para siempre

en blanco y negro, como el cielo.


Juguemos como cuando éramos niños,

sin importar ensuciarnos la ropa,

la cara,

las manos,

sin importar lo que pase mañana o por la hora.


Solo correteando por ahí,

imaginando puentes

y edificios para nosotros solos,

imaginando soles y estrellas,

y miles de secretos por descubrir.


Te invito a que dejes que las cascadas

nocturnas se lleven lo pesado de los hombros,

y lo cansado de las piernas,

también el ceño fruncido,

los errores y las nostalgias…


Para irnos al bosque,

a la montaña,

terminar rendidos en el mar…

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