Antes eras diferente.
Si no querías estar conmigo
me lo decías o te apartabas,
pero no me dabas falsas esperanzas.
Y yo te sigo esperando,
sin esperar nada porque
sé que nunca llegaras,
que nunca me aceptaras,
y que nunca me confiaras
tus cosas como antes.
Tu escudo para justificarte
son mis errores pasados,
que yo intento olvidar
y que tú me restriegas en la cara.
Te mentí y te pedí perdón
y me siento diferente,
deje de jugar contigo
y con los demás,
pero nada de eso puedo desaparecer,
y es que digo : no es lo mismo
y tú dices: ¿cómo no?
Y me abrumas
Y pienso: no es que me duela el corazón,
pero como quisiera dejarte de buscar,
de querer, de extrañar…
si hasta nuestra amistad
ha de irse por el caño del pasado,
entonces mi amor debe ser
una fantasía que se esfumara
como vapor de agua en verano.
Y aun así me sigues ardiendo,
y me sigo preguntando,
y nos hacemos daño…