Vivo en el camposanto
de tu nombre.
Donde nadie puede
tocarme sin tu permiso.
Como si se oyera fácil,
a nadie le gusta estar muerto.
Tú, que nunca me traes
flores, luces feliz.
Tú que me has descuidado:
esa eres tu.
Aunque sea tócame tú,
invéntame tú. Hazme tú.
No me traigas flores,
me conformo con que me toques.
Con que me veas y claves tus
pupilas lindas en mis pequeños ojos.
Con que hagamos el amor
en aquel mausoleo.
Con que te recuestes en mi brazo
y veamos las estrellas desde lejos.
Déjame después de regalarme
esta tierna noche.
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