Y es que eras tan sonriente... tan escandalosa y tan sincera. Aún recuerdo tu chamarra aguamarina y tu pantalón negro, con tu coleta color castaño claro y tu tez blanca.
Si hay una imagen que recuerdo de ti, es esa de las 6:50 a.m., desde el salón 18 del edificio A, donde tomábamos etimologías griegas. Eras inconfundible entre esa multitud, y Erika y yo siempre adivinábamos y nos divertíamos.
Y tú con nosotros, platicabas tanto y de tantas cosas, con tu ¡oh rayos! y tu gran sonrisa. Fuiste una buena amiga, una gran persona. Hubieras sido ecologa y habrías quedado en mi grupo, en nuestros grupo donde estuvimos varios de tus amigos.
Fué algo duro tener que afrontar que te habías ido, y me dolió mas no poder estar contigo para verte antes de tu eterno descanso, mas aún, no poder haber cumplido mi palabra de darte eso que te prometí. Quizás sea por eso.
Aniversario luctuoso de Ana Rosa. 17 de febrero del 2010.
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