Dame un poco del brillo de tus ojos.
Quizás eso dije en el pensamiento cuando me dejaste con el alma empolvada y la lengua seca de ti.
Que importa ya eso, paso, el pasado duele, pero suele pasar casi siempre, ya no es una herida, ni siquiera una costra de sangre... solo es un mal recuerdo que paso.
Hay veces que no recuerdo que hago, que digo, que pienso, antes decía : "locura", ahora digo : "estupidez".
Siempre te escribo a ti, aunque tu ni te enteres de esto que siento, de esto que escribo, o de esto que grito, porque nunca estas junto a mi, y ¡que bueno!, terminaríamos odiandonos hasta la muerte, yo por contradictorio y tu por cerrada o dictadora, lo que mejor te convenga para fines prácticos.
¡Abramos el telón del nuevo día!, te invito a formar parte de mi aventura mortuoria, solo por un rato...
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