Cuanto duele la espera y no ver llegar el animo perdido.
Muchas veces me he preguntado que es lo que soy, como lo demuestro y me creía importante.
Abril, amiga mía... me ha enseñado que no soy mas que los demás, actualmente me enseña y admito que mayoría de lo que dice no lo entiendo, pero se que no es tiempo de entender, no es mi momento de entender y lo acepto, vivo feliz con eso y entonces entiendo, maravilla de la vida.
Otras veces me he preguntado que tanto es la vida, la vida misma como tal, ahora mismo pierdo mi vida escribiendo esto, me malgasto haciendo este tipo de reflexiones que pueden parecer absurdas, quizás lo sean de verdad, quizás ni siquiera existan.
Sea lo que fuere lo que pienso, se que aun puedo sentir el dolor de otros, ingenuamente, perdidamente, amablemente o triste a secas, puedo ver el reflejo de mi vida en sus ojos, puedo sentir su corazón atormentado en mi pecho, no se como se llaman, no se cuantos años tienen o si morirán pronto, pero puedo dolerme de ellos como si fuera mi alma misma la que estuviera presa de esa depresión física, de esa desnudez espiritual, de esa fragilidad emocional, de todo lo que ellos son, como humanos, como personas, como un objeto de la sociedad, como todo lo que el mundo abarca en su interior, como agua, aire, árbol, río, nube o nada, al fin somos nada, al final seremos nada.
Vaya que ser consciente cuesta: en una mano el amor y todo lo que conlleva y en la otra frustración de lo que sabes no podrás ser jamas, de lo que quieres y no puedes, de lo que fuiste y dejaste.
Ahora no lo se, esto que escribo no tiene principio, porque el principio puede ser este, no tiene final, porque probablemente así empecé, pero creo que la felicidad es así, rápida, momentánea, eterna o para siempre, porque para siempre es demasiado tiempo, y digo que el tiempo es bastante relativo.
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