martes, 2 de noviembre de 2010

Esto es para ti bella dama, que me enloqueces con la mirada

Yo reboso esta noche de ti,

de tus ojos que me iluminan

y que son la revelación de todos los misterios.


Quiero regalarte el mundo,

todo el oro y las joyas mas preciosas;

ahora mismo solo tengo este corazón

que arde y que se consume

por llegar a tus brazos:

que se muere por ser parte de tu sangre,

que te está necesitando

a cada segundo,

que muere sin verte llegar.


Tú eres el inicio de las cosas.


Tu serás ese final interminable,

donde la vida de todo llegara

para descansar sobre en tu regazo.


Pero hoy…

hoy quiero recostarme en tu pecho,

ensordecer mi silencio

de los latidos de tu alma.


Sabiéndote mía,

mas mía que de nadie…

y que me sepas tuya,

completamente,

sin reservas ni obstáculos…


Con la seguridad

de mis labios que avanzan,

que llegan,

que se posan en ti

y que tú los recibes.


Preciosa dama, te amo, a ti más que a nadie, a ti más que a nada

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