Es en esta solitaria mañana que no te veo,
que mi corazón tiene
la pesada melancolía de la noche olvidada.
No sé qué decir,
que excusa inventarle
a ese rincón de mi alma que se desespera,
que no quiere
ver la pesada niebla
que la realidad crea cuando se evapora.
Este sufrimiento tiene esperanza:
cuando vea tus ojos negros entonces será diferente…
Entonces habré salido
de este pozo infinito
de pensamientos tortuosos,
inimaginables,
que susurran a mi oído
mentiras que se enredan con verdades.
Aviva este sentimiento
que nace desde mi pecho,
que muere en tu piel y revive…
Déjalo sin ganas de mirar atrás
de nuevo: déjalo soñando.
Y sueña tú conmigo,
quiero que tu cabeza se pose en mi almohada,
quiero que tus cabellos
se enreden con los míos haciendo
un rio de revelación oscura.
Quiero tenerte esta noche entre mis brazos,
quiero tener tu cuerpo junto al mío,
sin soltar tu mano,
andando como dos
personas silenciosas en secreto,
que tu sonrisa me diga
que mañana estarás conmigo
y que tus ojos iluminen mi camino.
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