Cambiemos el otoño

Cambiemos al otoño por la gentil primavera, o al verano por el majestuoso invierno. ¿Que mas da?

Después de todo, son cosas que a veces llegan, que a veces se disfrutan o que a veces hacen daño.

Pero no cambiemos la noche ni el día, dentro del tiempo merecen paz... así como también la guerra merece...

A mi me pertenece la continuidad de las cosas, me pertenece el ciclo de esta vida efímera que me acompaña... ¿o sera que le pertenece a Dios?

Todos llevamos un poco de Dios dentro de nosotros, aunque pasen los años y lo apuñalemos en nuestros corazones con lujuria y orgullo, aunque seamos el oprobio ante sus ojos, siempre estará pegado a nuestra alma.

El tiempo es el aliado de nuestra mente, decidimos y actuamos por nuestra mente, es la que maquina nuestros pensamientos, por muy fríos que sean, es la que doblega nuestro cuerpo, la que crea sentimientos, es nuestra razón de ser como especie.

El que ama es el corazón, uno solo decide de que llenarlo: amor o tristeza, rencor o envidia, frustración o gozo, también odio. Cuando una persona es marcada por el odio, es difícil que encuentre amor en algo, cuando lo hace se aferra tan fuerte que se siente poderoso: como si nadie, ni siquiera la desilusión mas grande, pudiera separar a la persona.

Pero las batallas para salir, siempre terminan en la ruina, son completamente desoladoras, son mas la veces que solo queda odio y si eso se pierde, ya no queda nada...

Pero yo no quiero perder, por mi y por mi amada no perderé ante nadie, alzare la cabeza en un nuevo día y lo veré transparente y limpio, sera brillante... si nada puede ser como antes, entonces mi futuro sera algo delicioso, y también el día en que entregue mi cuerpo a lo eterno y regrese a la tierra.

Ahora mismo no se cuantas lágrimas llevo ya en este tiempo, son parte de la limpieza de mi espíritu, es parte de las cosas qu siempre llegan.