Guarda tu silencio,
guarda tu calor,
guarda tu imagen
para el espejo
vanidoso y traicionero.
No quiero reflejos,
no quiero testigos,
ni sonidos, ni eco.
Esta noche me faltan
las ganas de todo,
mi alma se deja llevar
por el rio del olvido.
Mi ser fluye en no sé qué
caudales y me desespero.
Muero,
lentamente me desvanezco
de la tierra
que he llamado mi hogar.
Quise alcanzar
tu mano y fue inútil,
no pude llegar
al roce con tus dedos…
No pude acariciar tu brisa,
no pude guardarme tu aroma.
Ahora no puedo
recordar tu imagen.
Mi ser fluye
en el rio del olvido,
bajo el cielo que se ha
convertido en tinieblas.
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