Aplaudo al nuevo día,
es la función que ahora se estrena.
Que se levanta
de entre la oscuridad,
que avanza
y es incapaz de detenerse.
Ojala pudiera
ser como la mañana
que nunca se evapora,
que nunca se vuelve ceniza,
que nunca descansa.
Aplaudo porque
no puedo ser luz.
Porque el astro
que me alumbrará
está lejos de nacer todavía.
A mi alrededor todo es viento,
todo es brisa:
con la soledad se evapora.
Con el vacio se quema,
se incendia…
Los recuerdos de mi amada
se desvanecen,
incluso ella se funde
en ilusiones traicioneras,
espejismos que se congelan
y se desmoronan.
Nada es claridad
cuando no te tengo;
ya te has ido,
estarás durmiendo
y soñando con mil cosas
que no conocemos.
Nada ahora puede
ser más real que
este frio envolvente,
vivido, infernal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario