¿Donde estas ahora
que mi corazón te necesita?
¿Donde podré encontrarte?
¿Dónde nos buscaremos?
Es en estas ruinas
que se alzan en mi alma,
en donde no hay rastro de ti.
Donde no me queda
ni el murmullo de tu risa,
ni el aroma de tu viento,
ni el recuerdo de tu mirada.
Es ahí,
ese lugar que nunca has
conocido, que no quieres
conocer… ese que tanto niegas
y del que huyes.
¿De qué huyes?
¿De la destrucción de tu espíritu?
Ni siquiera puedes saber
si hay un espíritu en ti,
y ya lo has encerrado
dentro de la jaula
de la desconfianza…
¡Qué libertad la tuya!
¡Qué deseos perdidos!
Varados en el nada,
sin reposo ni sosiego…
Encontrarías consuelo
en mis brazos,
pero te da miedo.
Miedo.
Estamos en el lugar
que no le pertenece a nadie,
queriendo dirigir lo que no
tiene dirección,
navegando a todos lados
sin llegar a ninguna parte.
Perdidos en la inmensidad
de la duda.
Yo miraré el cielo esta noche,
intentando buscar la salida,
el camino lejos de ti…
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