martes, 7 de diciembre de 2010

¿Donde?

¿Donde estas ahora

que mi corazón te necesita?


¿Donde podré encontrarte?


¿Dónde nos buscaremos?


Es en estas ruinas

que se alzan en mi alma,

en donde no hay rastro de ti.


Donde no me queda

ni el murmullo de tu risa,

ni el aroma de tu viento,

ni el recuerdo de tu mirada.


Es ahí,

ese lugar que nunca has

conocido, que no quieres

conocer… ese que tanto niegas

y del que huyes.


¿De qué huyes?


¿De la destrucción de tu espíritu?


Ni siquiera puedes saber

si hay un espíritu en ti,

y ya lo has encerrado

dentro de la jaula

de la desconfianza…


¡Qué libertad la tuya!


¡Qué deseos perdidos!


Varados en el nada,

sin reposo ni sosiego…


Encontrarías consuelo

en mis brazos,

pero te da miedo.


Miedo.


Estamos en el lugar

que no le pertenece a nadie,

queriendo dirigir lo que no

tiene dirección,

navegando a todos lados

sin llegar a ninguna parte.


Perdidos en la inmensidad

de la duda.


Yo miraré el cielo esta noche,

intentando buscar la salida,

el camino lejos de ti…

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