No puedo dejar de amarte
a cada suspiro de tu mano
y de los sueños que posees.
No puedo dejar de quererte
con la intensidad de los
latidos de mi alma.
Aunque seas prohibida,
y tu nitidez refleje la incógnita
que descubro, cuando tengo
el soplo de tu mirada.
Amada:
tu recreas el amor
que le predico
al silencio de mi alcoba,
y en ti nacen las esperanzas
que abrigo para mañana…
En mi sonrisa queda
la pureza de tu nombre,
y en mi boca la belleza que regalas
cuando te me entregas sin reservas.
Siempre con ese misterio
que te cubre aun mas que la noche
y que las estrellas,
que todo el oro
del mundo no alcanzara jamás.
No necesitas ni te sobra nada.
Eres perfecta como estas ahora
y eres perfecta como has sido siempre.
Eres perfecta porque mis ojos
iluminados creen que te han visto siempre.
Y todo mi cuerpo sabe
que eres perfecta,
y que desea el ardor de tu piel,
y la calidez de tu boca,
y tu aroma de flores eternas.
Tú eres el mundo y sus guerras,
su muerte
y la vida que a veces engendra.
Tu serás la libertad
que habita mis brazos
cuando ya te has ido,
cuando no volverás.
No puedo dejar de desearte
y maldigo el tiempo que no avanza,
a la distancia que te aleja,
a mis pasos que no te alcanzan.
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