Tu ausencia
me perfora los huesos.
Y es que no estás,
ya no estás mas
ahí para mi,
y para mis nostalgias infinitas.
Tu siempre estuviste a mi lado,
dándome tu hombro,
tu abrazo y tu cálida sonrisa,
tus bromas pegajosas
y tus caprichos indefinidos.
Ahora te extraño más
que otros días,
tierna amiga,
mi dulce amada.
Tantas veces le he hablado de ti
a mi almohada,
y le he dicho cosas que solo
tu y yo sabíamos…
Pero hoy es distinto:
todo lo que teníamos
se ha ido muy lejos con el viento…
tan distante que mi mano te ha perdido.
Lo dejamos todo
para conseguir un infinito
lleno de proezas,
pero separamos nuestros caminos,
se fueron perdiendo hasta
separarse por lagunas de soledad.
Si te dijera que no me importa
con quien estés ahora: te mentiría.
Y es precisamente la mentira
de la que yo quiero escapar.
La mentira de decir que no te amo,
y que te he olvidado para siempre,
la mentira de decir que ya no me
dueles en el pecho,
que no me duelen tus palabras
y tu boca tan ajena,
y tu corazón tan desdeñoso
Mentiría si dijera que la amistad
es lo único que me importa,
y también que no quiero saber nada de ti.
¿Que le diré a mis sueños,
a mis ilusiones
y a mi pretextos…
a mi pasado?
¿Y con que me consuelo?
¿Con que me entretengo
para dejar de pensar en ti?
No tengo ninguna respuesta
y ya no tengo peguntas,
mi alma se ha estado secando…
¿y la tuya?
Tu estarás bien o mal
y ya no te importa nada más que eso…
has logrado lo que has querido y me alegro,
me alegro tristemente de que puedas hacer tu vida.
Porque yo no puedo,
me alegro de que tú seas una ganadora
porque yo no lo soy;
me alegro de que seas feliz
porque ya no sé lo que es eso.
Y si crees que vivo de tu vida,
déjame decirte que no es así,
solo que me marcaste con tu aroma
y no puedo despegarlo de mi piel,
no puedo despegarlo de mi mente.
Atorméntame,
deshazme,
mátame si quieres,
que ya ni la vida ni la muerte
ni el tormento, me importan,
porque lo que vivo es peor que eso.
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